Sobre las presentaciones públicas
LOS EXPERTOS RECOMIENDAN MIRAR AL PÚBLICO Y UTILIZAR BIEN LOS SILENCIOS
Los líderes de empresas deberían aprender de la oratoria de Obama
24-01-13
Barak Obama, un gran persuasor
Barak Obama, un gran persuasor
El discurso de Obama fue hábil y conmovedor, la obra de un persuasor que logró ganar la reelección a pesar de un desempleo superior al 7%, algo que el siglo pasado solo lograron Roosevelt y Ronald Reagan.
Los líderes empresariales deberían mirar el discurso del presidente de EE.UU. Obama es bueno hablando mientras que la mayoría de ellos no lo son.
Análisis previos de la oratoria de Obama se han centrado en técnicas discursivas como la regla de tres. Se considera que tres es el número exacto de elementos que deben enumerarse, especialmente cuando se los combina con aliteración, como en el llamamiento de Obama a rehacer nuestro gobierno, reformar nuestro código fiscal y reformar nuestras escuelas.
Eso se entiende, pero la regla de tres no es en lo que los altos ejecutivos fallan cuando dirigen discursos a empleados o a auditorios fuera de la empresa. Algunos oradores empresariales fracasan por lo que dicen, pero la mayoría fracasa por la forma en que lo dice. Del discurso de Obama se desprenden enseñanzas: de hecho, tres.
1.- Obama no utilizó PowerPoint: la gente viene criticando su uso desde hace años. Sin embargo, los ejecutivos no escuchan. El problema no es en qué afecta esto a la audiencia. Aunque las diapositivas casi nunca llegan a ser legibles desde el auditorio y sólo sirven para demostrar que el orador es tan aburrido cuando escribe como cuando habla, a quien perjudica es al orador. ¿El puntero de mano funciona? ¿Estoy en la diapositiva correcta? ¿Qué pasa si me paso de diapositiva y tengo que volver hacia atrás? Sólo debe utilizarse PowerPoint cuando se tiene una diapositiva particularmente significativa: un gráfico que muestre que sus ventas aumentaron mientras que a todo el resto le fue mal.
Cuando hay demasiadas imágenes, hasta el usuario más experto de PowerPoint se ve obligado a seguir mirando la pantalla y no es lo que debería mirar.
2.- El presidente mira a la audiencia. En el video de la inauguración se observa con qué disciplina lo hace: una mirada fuerte hacia la derecha, luego fija la mirada en el centro del auditorio y, por último, una mirada concentrada hacia la izquierda. Y vuelve a repetir lo mismo.
Todos los oradores saben que deben mirar a la audiencia, pero es algo que olvidan fácil. Al dar un discurso, suele ocurrir que el orador apenas vislumbra a las personas del público. Como no se llega a ver bien a las personas del público, es fácil olvidarse de que están ahí. Pero ellas sí ven al orador. Por lo tanto, nunca hay que dejar de mirar a la audiencia.
3.- Obama hace esperar a la audiencia. Al final de un grupo de oraciones, se detiene... a veces parece hacerlo por demasiado tiempo. La mayoría de los ejecutivos no sienten la suficiente seguridad para hacer esto. Piensan que la atención del público se va a dispersar. Sucede lo contrario. El silencio capta la atención. Cuando una conversación de sobremesa se frena, todo el mundo espera atento para escuchar.
Los líderes empresariales deberían mirar el discurso del presidente de EE.UU. Obama es bueno hablando mientras que la mayoría de ellos no lo son.
Análisis previos de la oratoria de Obama se han centrado en técnicas discursivas como la regla de tres. Se considera que tres es el número exacto de elementos que deben enumerarse, especialmente cuando se los combina con aliteración, como en el llamamiento de Obama a rehacer nuestro gobierno, reformar nuestro código fiscal y reformar nuestras escuelas.
Eso se entiende, pero la regla de tres no es en lo que los altos ejecutivos fallan cuando dirigen discursos a empleados o a auditorios fuera de la empresa. Algunos oradores empresariales fracasan por lo que dicen, pero la mayoría fracasa por la forma en que lo dice. Del discurso de Obama se desprenden enseñanzas: de hecho, tres.
1.- Obama no utilizó PowerPoint: la gente viene criticando su uso desde hace años. Sin embargo, los ejecutivos no escuchan. El problema no es en qué afecta esto a la audiencia. Aunque las diapositivas casi nunca llegan a ser legibles desde el auditorio y sólo sirven para demostrar que el orador es tan aburrido cuando escribe como cuando habla, a quien perjudica es al orador. ¿El puntero de mano funciona? ¿Estoy en la diapositiva correcta? ¿Qué pasa si me paso de diapositiva y tengo que volver hacia atrás? Sólo debe utilizarse PowerPoint cuando se tiene una diapositiva particularmente significativa: un gráfico que muestre que sus ventas aumentaron mientras que a todo el resto le fue mal.
Cuando hay demasiadas imágenes, hasta el usuario más experto de PowerPoint se ve obligado a seguir mirando la pantalla y no es lo que debería mirar.
2.- El presidente mira a la audiencia. En el video de la inauguración se observa con qué disciplina lo hace: una mirada fuerte hacia la derecha, luego fija la mirada en el centro del auditorio y, por último, una mirada concentrada hacia la izquierda. Y vuelve a repetir lo mismo.
Todos los oradores saben que deben mirar a la audiencia, pero es algo que olvidan fácil. Al dar un discurso, suele ocurrir que el orador apenas vislumbra a las personas del público. Como no se llega a ver bien a las personas del público, es fácil olvidarse de que están ahí. Pero ellas sí ven al orador. Por lo tanto, nunca hay que dejar de mirar a la audiencia.
3.- Obama hace esperar a la audiencia. Al final de un grupo de oraciones, se detiene... a veces parece hacerlo por demasiado tiempo. La mayoría de los ejecutivos no sienten la suficiente seguridad para hacer esto. Piensan que la atención del público se va a dispersar. Sucede lo contrario. El silencio capta la atención. Cuando una conversación de sobremesa se frena, todo el mundo espera atento para escuchar.
Fuente: Cronista - Financial Times
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