En los cuatro casos se trata de mujeres de carácter determinado, que aman y admiran a sus maridos, y que tienen sentido de patriotismo. Claire no tiene hijos. Pero las otras tres manifiestan una gran ternura en cuanto a su faz maternal. Las dos reinas no dudan en interponer el bienestar del reino al de su propia familia; la primer ministro de Dinamarca alguna vez cede ante su condición de madre.
Con respecto a su fidelidad, la de las reinas es indudable, a juzgar por la serie; Brigitte tiene un amorío fugaz con un chofer, en un contexto de gran debilidad, pero luego se dedica de lleno a su trabajo y a sus hijos, mientras que Claire tiene una relación con el biógrafo de su marido y asesor de campaña, a la que desiste antes de que llegue a mayores, los Underwood afirman tener una relación abierta, aunque la serie no revelan más que un affaire por cónyugue.
En materia de coquetería, se trata de cuatro modelos claramente femeninos. Tal vez el caso de Claire Hale Underwood es el de una belleza gélida; es difícil encontrar los detalles que caracterizan a la femeneidad. La Reina de Inglaterra y Brigitte Nyborg denotan austeridad, principalmente. La Reina de Castilla, en cambio, es pomposa pero con el paso de los años se esfuerza por ocultar sus encantos sin perder su impronta. En todos los casos, el vestuario es funcional a su tarea.
Finalmente, lo que me parece más valioso de destacar es que mayormente todas coinciden en haber tenido un alto sentido del deber y de la responsabilidad; las reinas por su reino, incluyendo obviamente a su gente, y la premiere, por su gobierno. Claire, con algunas variaciones propias de un libro con más intenciones de entretener que de analizar la realidad, a su manera también lo tiene. Pero lo que las cuatro tienen en común es la conciencia del rol que deben desempeñar en la sociedad.+)
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