El Día Después


La crisis nos paralizó, naturalmente. Nuestra propia vida, la salud, está en juego en esta pandemia del coronavirus Covid-19. Nuestras familias pueden verse afectadas, ciertamente. Pero sabemos que estas cosas un día, más o menos abruptamente, terminan y hay que ponerse nuevamente manos a la obra.
Más aún, hay razones logísticas y hasta económicas que exigen al Gobierno eximir a determinados sectores del alcance del Decreto 332/20 para que la sociedad no colapse. Caracterizarlas es todo un trabajo. ¿Qué es algo esencial? Algo puede ser escencial para el funcionamiento social, como el transporte o la alimentación. Pero la economía, ¿es esencial? ¿Cuánto tiempo puede estar la sociedad detenida, sin producir? Porque la industria de la alimentación, por decir una que está exceptuada también tiene necesidades de insumos que en un primer momento pueden no parecen ser "esenciales". Al final, todo está interrelacionado. Es lógico pensar en una reactivación paulatina. Lo que pueda esperar, como la educación, que espere; o lo que no esté en condiciones, como el transporte público, que se adecue a las necesidades.
Mientras tanto, hay que aprovechar esta cuarentena para analizar esas pautas que configuren el Protocolo para el Regreso a la Actividad: los túneles para la desinfección del ingreso en los lugares de afluencia masiva de gente, como en las oficinas públicas, los supermercados, el transporte público, las fábricas; los barbijos; el modo de asegurar la distancia en el trato cuando se vuelve necesario; la vestimenta, etc.
Habrá que limitar la asistencia de los administrativos que puedan trabajar desde sus hogares y proveerles de los medios correspondientes; utilizar los sistemas adecuados para trabajar sin necesidad de estar reunidos en un lugar; analizar qué actividades requieren de una reunión presencial, de una videoconferencia, de una llamada múltiple, de un mensaje o de un correo electrónico. 
Hay sistemas que nos permiten administrar el cumplimiento de un proyecto, la toma de decisiones, la organización virtual de una oficina o la estructuración de un taller de trabajo o una tormenta de ideas. 
Para que eso funcione bien hace falta un liderazgo decidido y un buen programa de comunicación, que se apoye en los valores y principios que la pandemia exige.+)

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