La política


Es habitual que la gente que me conoce me pregunte sobre mi actividad política, ya que algunos recuerdan algunas de mis candidaturas o trabajos en think tanks o en la administración pública.
Es natural que en un tiempo crítico como éste, haya quienes desean saber quién pueda estar trabajando en alguna solución.
Mi respuesta no es la que se suele esperar, pero es simple: en una democracia republicana, la política es construcción de consensos mayoritarios para el bien común, y eso lo puede realizar cualquiera y de muy distintas maneras.
He dedicado la vida a la comunicación y a las relaciones públicas y he trabajado por el consenso de políticas públicas -a veces en aspectos muy específicos- desde muy diversas posiciones profesionales.
De todos modos, dado que la consulta suele estar orientada a la cuestión totalmente desinteresada, a lo que normalmente llamamos compromiso militante, debo decir que no hay en la actualidad -signada por el profesionalismo de las maquinarias electorales y el vaciamiento de los partidos políticos como vehículos de la propuesta política- nada más generoso que las asociaciones y los clubes; las asociaciones para aquellas causas o temas que nuclean intereses, y los clubes para las entidades que reúnen a vecinos o comunidades.
Estoy convencido de que los clubes volverán a ser el ámbito de asociación territorial básico de las comunidades, ya que permiten un relacionamiento transversal a las generaciones y a las profesiones; dan contención a los mayores y contribuyen a la formación de los jóvenes en los valores; cultivan las tradiciones y son portadores del patrimonio y la memoria común.
En este momento de mi vida, nada me brinda más satisfacción que colaborar en los clubes y asociaciones a las que pertenezco.+

Foto: gentileza de La Gaceta del Tucumán

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