50 años almorzando
Prácticamente desde que nací escucho hablar de los almuerzos de Mirtha Legrand.
De hecho, los he visto numerosas veces a lo largo de los años, sea por sus invitados, por el horario central o por acompañar a alguien que se interesó en verlos.
Pero recién estos últimos años me interesé por tener una opinión al respecto. Al margen de la simpatía que pueda despertar en uno la conductora, es indiscutible la continuidad que alcanzó ese ciclo -no excento de problemas, como cualquier negocio en nuestro país-, con un razonable nivel de coherencia y alto grado de profesionalismo.
La variedad y oportunidad de los invitados; así como la intrepidez del cuestionario y la forma de interrogarlos, permiten al espectador abordar una temática variada alternando entre el picoteo y la profundización, y a ella fijar posición sobre los acontecimientos sociales más notorios.
Es imposible olvidar que se trata de una mujer de 92 años de edad, ya que no lo refleja en su dinámica de trabajo.
Por otra parte, es habitual que obtenga muy buenos ratings y que logre hacer emocionar, cuando el asunto tratado así lo exija.
Como entendimiento periodístico, ha tenido un éxito envidiable.
Aprovecho el 50 aniversario de ese programa, cumplido el 3 de junio último, para manifestar mi admiración por Mirta Legrand y su equipo de producción.+
De hecho, los he visto numerosas veces a lo largo de los años, sea por sus invitados, por el horario central o por acompañar a alguien que se interesó en verlos.
Pero recién estos últimos años me interesé por tener una opinión al respecto. Al margen de la simpatía que pueda despertar en uno la conductora, es indiscutible la continuidad que alcanzó ese ciclo -no excento de problemas, como cualquier negocio en nuestro país-, con un razonable nivel de coherencia y alto grado de profesionalismo.
La variedad y oportunidad de los invitados; así como la intrepidez del cuestionario y la forma de interrogarlos, permiten al espectador abordar una temática variada alternando entre el picoteo y la profundización, y a ella fijar posición sobre los acontecimientos sociales más notorios.
Es imposible olvidar que se trata de una mujer de 92 años de edad, ya que no lo refleja en su dinámica de trabajo.
Por otra parte, es habitual que obtenga muy buenos ratings y que logre hacer emocionar, cuando el asunto tratado así lo exija.
Como entendimiento periodístico, ha tenido un éxito envidiable.
Aprovecho el 50 aniversario de ese programa, cumplido el 3 de junio último, para manifestar mi admiración por Mirta Legrand y su equipo de producción.+
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