La pregunta del millón

"¿Fue mucha gente? ¿Cuánta?" Es la pregunta del millón, valga la redundancia, puesto que en la nota que publicamos a continuación se especula sobre las marchas que sumaron esa cantidad de manifestantes.
En democracia, las cantidades son referenciales. No importa tanto saber si la demanda era legítima o disparatada, ni por el perfil de los que marcharon. Todo indicativo de cantidad es valioso en un régimen que se gobierna por mayorías, cuando no por primeras minorías.
A continuación el diario El País de España, preocupado por el manoseo de las cifras, presenta una idea acerca de cómo se puede disfrazar de masiva una movilización.
Es natural y sano que un día se sepa que los medios, para conformar una noticia, la aguantan o empequeñecen con tal de que se adapte al gusto del lector.+
Nunca hubo un millón
Los convocantes de manifestaciones exageran las cifras de asistentes hasta límites inverosímiles

ÁLEX GRIJELMO, El País
2 OCT 2017

Marcha sindical en Madrid en 2009, analizada por el programa de Lynce. Se contaron 39.921 personas. Cada zona de color agrupa un millar. EFE

Los periódicos informaron el 19 de febrero de 1996 de que un millón de personas se habían manifestado en Madrid tras el asesinato del jurista Francisco Tomás y Valiente. El horror, la indignación, la repugnancia, parecían explicar la unanimidad en la cifra y en la falsedad. Pero ni siquiera la lucha contra ETA justificaba una mentira periodística.

Aquella marcha ocupó 95.000 metros cuadrados (7.500 en Sol, 40.000 en Alcalá, 30.000 en Cibeles, 5.000 en Recoletos, 12.500 en Prado y Colón). Cuatro personas por metro cuadrado habrían dado 380.000 manifestantes, pero si el lector hace el ejercicio en su casa verá la dificultad de ese apiñamiento, sobre todo si ha de durar mucho. Y ni con ocho participantes en tan reducido espacio se habría completado la mítica cantidad. Del mismo modo que aquel día no hubo un millón, jamás una aglomeración política ha mostrado una densidad de tal calibre.

El número mágico del millón de personas se citaba también para las demostraciones de adhesión a Franco en la plaza de Oriente de Madrid (la última en vida del dictador, el 1 de octubre de 1975). Pero ese lugar suma sólo 40.000 metros cuadrados. Imposible juntar allí a más de 160.000 personas.

EL PAÍS fue el primer diario español en aplicar un método para medir esas magnitudes (en 1978), que consagró luego en su Libro de estilo. Y consistía precisamente en verificar la superficie ocupada y multiplicarla con un número de personas por metro cuadrado. Los siguientes cálculos resultaron ya impactantes, porque redujeron escandalosamente las cifras.

Por ejemplo, tras una misa en la plaza de Colón durante la visita de Juan Pablo II, el 16 de junio de 1993, Abc tituló: “Más de un millón de personas con el Papa”. El Ayuntamiento del PP calculó 1,3 millones. EL PAÍS consideró sólo 366.156 asistentes, lo que desató acusaciones de manipulación interesada. Esa plaza mide 20.000 metros cuadrados, si bien los asistentes ocupaban también zonas y calles aledañas (en total, 91.539 metros cuadrados). Para resultar cierta la cifra municipal habría sido necesario apiñar a 14 personas por metro cuadrado. Así que no hubo un millón, sino quizás algo más de 100.000 personas.

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