La minería por una voz confiable

Esta semana estuvo Damián Altgelt en el auditorio de la UCES San Isidro para dar una charla sobre los asuntos públicos en una industria controversial: la minería.
El director de asuntos públicos de la Asociación de Empresarios Argentinos (AEA) compartió algunas lecciones de su anterior experiencia como director ejecutivo de la Cámara de Empresarios Mineros (CAEM). Damián es abogado y politólogo de la UCA, en donde nos hicimos amigos. Sebastián inició como abogado en el sector energético desde donde se logró desplazar hacia las relaciones públicas.
Varias veces explicó que su desafío en CAEM fue alcanzar la credibilidad, por lo que dedicó mucho esfuerzo en sincerar las estadísticas. Es habitual que la gente de un sector quiera inflar las cifras, por ejemplo, de inversión, exportaciones o empleo. Sin embargo, explicó que un uno por ciento del producto interno bruto era muy importante y que no cambiaba tampoco demasiado llegar a un ilusorio cuatro, como históricamente se blandió; lo que destacó es que Chile, con una geología igual o menor a la nuestra, está en el doce y Perú en el seis.
Respecto de la cantidad de empleo generado remarcó que su valor reside, antes que en el volúmen, en los lugares en donde se asienta, normalmente áridos y desérticos. Destacó el federalismo de esta actividad.
Por el contrario, en cuanto el uso del agua explicó que son los retractores de la minería quienes caen en el error de agigantar los números. Según dijo, el 80 por ciento del agua se utiliza para la agricultura, el 13 para consumo humano y el 7 en la industria, del cual sólo el uno se utiliza para la minería.
Respecto del uso de tóxicos pasaría algo similar. En toxicología, dijo, la clave pasa por las dosis y que la utilización de cianuro en el proceso de separación del oro es comparable al de la lavandina en un hogar.
Su gestión consistió, primero, en reunir mucha información fidedigna y en medir la imagen real para distinguirla de la propia percepción que el sector tenía de sí mismo, de modo de precisar los objetivos del trabajo.
Se encontró con que había mucho desconocimiento de la realidad de un sector que nunca se había comunicado con la sociedad y pudo identificar los principales cuestionamientos contra el sector. A partir de ahí, estableció un plan de trabajo que implicó establecer los públicos prioritarios, los mensajes y las acciones. Se dispuso una actitud de apertura y empatía con la prensa, la política, la Iglesia, las ONGs ambientales y la comunidad, y privilegió el diálogo y las acciones conjuntas, y se realizó una campaña publicitaria con spots de TV.
Fue un privilegio haber podido escuchar de una persona honesta y capaz como él un proceso de relacionamiento tan controvertido.+

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