Más diálogo y menos confrontación
Siempre criterioso, Miguel Cantilo señala en un reportaje para la sección outsider, del suplementos WE del Cronista, el problema crítico que vivimos los argentinos en la actualidad: la falta de dialogo y el ánimo de confrontación.+
Outsider / Miguel Cantilo
Falta diálogo. Los argentinos estamos trabados en la confrontación
26-04-13 00:00
El reconocido cantautor de rock, Miguel Cantilo señala en una entrevista con WE que ve a la Argentina muy conflictiva. Es un momento muy confrontativo, en el cual me parece que la gente está casi obsesionada con tomar partido por algunas de las dos opciones que se presentan -que tampoco son muy claras- pero hay una tendencia general a polarizarse. Y creo que eso es bastante contraproducente para la sociedad en general porque hay esa fricción interna que separa hasta parejas, familias y amistades porque por ahí cada uno toma una elección diferente. Eso genera un techo que no permite que los seres humanos lo trasciendan y puedan ver que por arriba hay un montón de cosas valiosísimas, como valores, sentimientos y potencialidades compartidos que, sin embargo, están bloqueados por ese techo que, en realidad, es ficticio porque está generado por los intereses de los participantes de la contienda. Es decir, intereses políticos y mediáticos.
l ¿Le parece que lo que falta es diálogo?
- Sí, esa es la palabra: diálogo. Que está eclipsada por otra, que es debate. Hay un afán de debate que me parece que plantea una fricción, una tensión entre dos polos. Y creo que el diálogo es mucho más relajado y permite llegar al consenso o por lo menos llegar a entender más al otro. Todo está planteado en términos de confrontación y me parece que ahí estamos trabados los argentinos: en una especie de enfrentamiento.
Por otra parte, Cantilo destaca la solidaridad de los argentinos en situaciones difíciles como las pasadas inundaciones. Ahí la gente da pasos que generalmente no daría. Buena parte de las nuevas generaciones están retomando una actitud solidaria que tuvieron sus padres o abuelos en la época de la sangrienta tiranía de Videla; gente que tiende a acercarse al más vulnerable y necesitado a través de la religión o de ONGs, sin banderías políticas. Ese es un valor rescatable que nos dan los jóvenes a los mayores.
Además, respecto a la protesta del 18-A, opina que está bien que la gente salga y reclame. Más allá de mi identificación o no con el reclamo, soy partidario de que la gente se haga escuchar, así como salieron los indignados en Europa y otros lados. En ese sentido, los argentinos hemos dado un paso adelante en relación a lo que éramos en los 90. Ver a la gente en la calle civilizadamente me tranquiliza.
En cuanto al Gobierno nacional, rescata el intento por democratizar los medios y por rever el pasado sangriento de las dictaduras y sus secuaces. Pero estoy en desacuerdo con la política ambiental y los focos de corrupción. Y en lo que a mí me atañe como profesional, los músicos logramos que nos escucharan y se pueda promulgar la ley de la Música, que conduce al Instituto de la Música, aunque aún estamos luchando para que este Gobierno lo concrete. Sobre todo que la ley de Medios se termine de implementar, que es la que puede llegar a financiar ese instituto porque el colectivo musical está muy vapuleado.
Sobre la supuesta democratización de la Justicia, Cantilo indica que como ciudadano, lo veo muy técnico. Me parece que los autorizados a opinar son los legistas que conocen a fondo la Constitución y las posibilidades. Me siento un espectador y aspiro a que se llegue a un consenso entre las partes porque, indudablemente, la Justicia necesita una renovación.
l ¿Ve bien que los jueces de la Magistratura se elijan por voto popular?
-Tengo entendido que lo que elije el ciudadano es sólo una parte. Creo que involucrarlo está bien pero me parece que tiene que estar articulado con la gente que conoce del tema. Todo aquello de lo que pueda participar el pueblo es fundamental, porque así como está planteada la democracia es una caricatura. No me siento representado políticamente por ninguna facción. Entonces, pienso que es como una fachada democrática y cada vez que se hace participar a la gente con su voto, se democratiza más. Estoy muy atento a estos temas, pero hay otros que considero que son mucho más importantes.
l ¿Cuáles son?
- Por ejemplo, la falta de lectura de la gente joven, la falta de contacto con las fuentes literarias que nos enriquecieron a las generaciones anteriores. Y la llegada de una tecnología que interfiere en esa formación. Me preocupa también que se banalice el arte, se frivolice la cultura y que la gente joven pierda contacto con las fuentes culturales de calidad.
l ¿Cómo ve la inseguridad?
- Creo que esta sociedad está montada en que los pobres y los ricos conviven en un mismo espacio y eso genera envidias y hasta violencia. Ése es el modelo social del capitalismo. No se soluciona con abuso de autoridad, con gatillo fácil, sino que es algo integral, que además empieza por el respeto a las garantías individuales y exige una profesionalidad por parte de los órdenes de seguridad que en muchos sectores de esos estamentos no tenemos. Entonces, se acaba en gatillo fácil. Es un tema muy delicado porque avanza a pasos agigantados, no sólo en nuestro país sino en todo el continente.
l ¿Cómo ve a la oposción?
- Muy atomizada. No hay una oposición; hay muchas oposiciones sin lograr un efecto unitario que se puedan ver como alternativa. Jesica Mateu. we
l ¿Le parece que lo que falta es diálogo?
- Sí, esa es la palabra: diálogo. Que está eclipsada por otra, que es debate. Hay un afán de debate que me parece que plantea una fricción, una tensión entre dos polos. Y creo que el diálogo es mucho más relajado y permite llegar al consenso o por lo menos llegar a entender más al otro. Todo está planteado en términos de confrontación y me parece que ahí estamos trabados los argentinos: en una especie de enfrentamiento.
Por otra parte, Cantilo destaca la solidaridad de los argentinos en situaciones difíciles como las pasadas inundaciones. Ahí la gente da pasos que generalmente no daría. Buena parte de las nuevas generaciones están retomando una actitud solidaria que tuvieron sus padres o abuelos en la época de la sangrienta tiranía de Videla; gente que tiende a acercarse al más vulnerable y necesitado a través de la religión o de ONGs, sin banderías políticas. Ese es un valor rescatable que nos dan los jóvenes a los mayores.
Además, respecto a la protesta del 18-A, opina que está bien que la gente salga y reclame. Más allá de mi identificación o no con el reclamo, soy partidario de que la gente se haga escuchar, así como salieron los indignados en Europa y otros lados. En ese sentido, los argentinos hemos dado un paso adelante en relación a lo que éramos en los 90. Ver a la gente en la calle civilizadamente me tranquiliza.
En cuanto al Gobierno nacional, rescata el intento por democratizar los medios y por rever el pasado sangriento de las dictaduras y sus secuaces. Pero estoy en desacuerdo con la política ambiental y los focos de corrupción. Y en lo que a mí me atañe como profesional, los músicos logramos que nos escucharan y se pueda promulgar la ley de la Música, que conduce al Instituto de la Música, aunque aún estamos luchando para que este Gobierno lo concrete. Sobre todo que la ley de Medios se termine de implementar, que es la que puede llegar a financiar ese instituto porque el colectivo musical está muy vapuleado.
Sobre la supuesta democratización de la Justicia, Cantilo indica que como ciudadano, lo veo muy técnico. Me parece que los autorizados a opinar son los legistas que conocen a fondo la Constitución y las posibilidades. Me siento un espectador y aspiro a que se llegue a un consenso entre las partes porque, indudablemente, la Justicia necesita una renovación.
l ¿Ve bien que los jueces de la Magistratura se elijan por voto popular?
-Tengo entendido que lo que elije el ciudadano es sólo una parte. Creo que involucrarlo está bien pero me parece que tiene que estar articulado con la gente que conoce del tema. Todo aquello de lo que pueda participar el pueblo es fundamental, porque así como está planteada la democracia es una caricatura. No me siento representado políticamente por ninguna facción. Entonces, pienso que es como una fachada democrática y cada vez que se hace participar a la gente con su voto, se democratiza más. Estoy muy atento a estos temas, pero hay otros que considero que son mucho más importantes.
l ¿Cuáles son?
- Por ejemplo, la falta de lectura de la gente joven, la falta de contacto con las fuentes literarias que nos enriquecieron a las generaciones anteriores. Y la llegada de una tecnología que interfiere en esa formación. Me preocupa también que se banalice el arte, se frivolice la cultura y que la gente joven pierda contacto con las fuentes culturales de calidad.
l ¿Cómo ve la inseguridad?
- Creo que esta sociedad está montada en que los pobres y los ricos conviven en un mismo espacio y eso genera envidias y hasta violencia. Ése es el modelo social del capitalismo. No se soluciona con abuso de autoridad, con gatillo fácil, sino que es algo integral, que además empieza por el respeto a las garantías individuales y exige una profesionalidad por parte de los órdenes de seguridad que en muchos sectores de esos estamentos no tenemos. Entonces, se acaba en gatillo fácil. Es un tema muy delicado porque avanza a pasos agigantados, no sólo en nuestro país sino en todo el continente.
l ¿Cómo ve a la oposción?
- Muy atomizada. No hay una oposición; hay muchas oposiciones sin lograr un efecto unitario que se puedan ver como alternativa. Jesica Mateu. we
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